8) ADIOS A LOS PADRES
“Como corresponde a un personaje cuyas empresas habían de convertirse rápidamente en leyendas, los orígenes de Superman fueron a la vez humildes y cataclísmicos.”
John Byrne
Debido a la gran cantidad de trabajo, los creadores de Superman fueron perdiendo gradualmente el control sobre su rentable personaje. Todo esto se agudizó aun más cuando Jerry Siegel se enlistó para combatir en el frente europeo. Esto hizo que los editores comenzaran a contratar nuevos guionistas; entre los que se contaron Don Cameron, William Woolfolk, Alvin Schwartz, Bill Finger y Leo Dorfman; los cuales se encargaron de aportar su granito de arena al mito.
Para colmo de males Joe Shuster, aquejado por una creciente dificultad visual, tuvo que dejar en manos de sus ayudantes la realización de los dibujos a partir de la Action Comics # 37, limitándose a ilustrar alguno que otro trabajo en las otras series de la casa.
Pero eso no iba a ser el peor de sus problemas.
Como se acostumbraba en esos tiempos, Siegel y Shuster habían vendido los derechos de su creación. A su vez, la editorial se había comprometido a pagarles la suma de 10 dólares por página realizada. ¡Un negocio redondo!... para la editorial, por supuesto.
Para 1940 las ganancias generadas por la venta de los comics de Superman eran enormes y los creadores comenzaron a sentir que les estaban tocando el upite. Aun así se la bancaron por varios años hasta que, enojados por la creación sin su permiso de Superboy para More Fun Comics # 101, les hicieron juicio a sus patrones. Si bien ganaron su demanda y recibieron la suma de U$S 50.000, la resentida editorial procedió al inmediato despido sin ningún justificativo.
Superman se había quedado totalmente huérfano.
Por suerte, en 1978, gracias al éxito obtenido por el estreno de Superman la película, la DC concedió una pensión anual de U$S 25.000 como compensación por la injusticia cometida por sus predecesores. Una suma irrisoria, si se toma en cuenta el dinero que el personaje había generado hasta entonces.
9) DEL PAPEL AL CELULOIDE
“Un guión es un medio de expresión, el comic –y eventualmente el cine- su concreción.”
Carlos Sampayo
Si bien Superman había sido visto bajo el formato de dibujo animado, el mismo no había tenido aun la oportunidad de verse transformado en una persona de carne y hueso. Por suerte esta contrariedad sería prontamente subsanada.
En 1948, la Columbia Pictures puso en las pantallas de los cines un serial de 15 episodios que llevaba el nombre de Superman. En el mismo nuestro superhéroe debía enfrentarse a las frías maquinaciones de una malvada mujer conocida como Spider Lady.
Los papeles estuvieron a cargo de Kirk Alyn (Superman/Clark Kent), Noel Neill (Lois Lane), Carol Forman (Spider Lady), Tommy Bond (Jimmy Olsen) y Pierre Watkin (Perry White). Spencer Bennet y Thomas Carr fueron los encargados de la dirección y los guiones corrieron por cuenta de Arthur Hoerl, Royal Cole y Lewis Clay, los cuales se inspiraron en los seriales radiofónicos. Lo más bizarro de este film eran las escenas en donde Superman volaba, las cuales estaban realizadas mediante la técnica de animación.
El éxito generado por este serial sirvió como puerta de entrada para la realización de una nueva tanda de 15 episodios llamada Superman vs. The Atom Man (Columbia Pictures –1950-) dirigida por Spencer Bennet. Esta vez los guiones fueron escritos por Richard Fielding y Mort Weisinger.
Esta vez el enemigo de turno fue nada menos que el malvado Lex Luthor que, escondido tras una enorme máscara, hacía la vida imposible al paladín de Metrópolis. Junto a los actores que habían participado en el primer serial se les agregaría Lyle Talbot, en el papel del científico loco.
Debido a la expansión de la televisión en los hogares estadounidenses, la asistencia del público a los cines fue mermando de forma ostensible, augurando tiempos oscuros para esta industria. Ello obligó a las grandes productoras a financiar proyectos para este medio, con el fin de sobrevivir la catástrofe que se les estaba viniendo encima.
En 1951, Tommy Carr y Robert Maxwell se lanzaron a la búsqueda de un actor que pudiera encarnar a Superman en el nuevo proyecto a cargo de la RKO: Superman & The Mole Men (dirigido por Lee Sholem) y la suerte recayó sobre un joven actor llamado George Reeves. Su apostura y gran carisma lo transformaron de inmediato en quien sería el primer Superman definitivo. A su vez este film se transformó en una suerte de prueba piloto para una futura serie televisiva, que terminaría viendo la luz en 1953.
El suceso generado por esta serie fue increíble y al poco tiempo no había chico que no deseara ser el hombre de acero. Además de Reeves, el programa contó con la actuación de Phyllis Coates como Lois Lane, Jack Larson (Jimmy Olsen), John Hamilton (Perry White) y Robert Shayne (Inspector Henderson).
A esta exitosa temporada se le sumarían otras 5 más, con un total de 103 episodios (52 en blanco y negro y el resto a color), con la única salvedad de que el papel de Lois Lane estuvo a cargo de Noel Neill (que ya había encarnado al personaje en los seriales de los años 40).
Gracias a Superman, Reeves se vio convertido en una megaestrella de la televisión mundial. Lamentablemente esa suerte se transformaría, paradójicamente, en su peor maldición ya que al cancelarse la serie las puertas de la fama se cerrarían para él, llegando incluso a perder un importante papel en la exitosa De aquí a la eternidad.
George Reeves moriría trágicamente el 16 de junio de 1959 de un disparo en la boca. Si bien se adujo que sus problemas de depresión lo llevaron al suicidio, el caso estuvo rodeado de una serie de circunstancias un tanto dudosas. Según se cuenta Reeves había tenido amoríos con la esposa de uno de los máximos directivos de la Metro, por lo que su muerte generó muchísimas dudas entre aquellos que lo conocían.
La única realidad es que el Superman que todos habían aprendido a amar había desaparecido para siempre y millones de niños lloraron con amargura esa terrible pérdida.
Pero la suerte más terrible aun estaría por llegar a la vida del superhéroe.
10) EL ENEMIGO INTERIOR
“Superman socava psicológicamente la autoridad y dignidad del hombre y la mujer corriente en la mente de los niños”
Fredrick Wertham
La finalización de la Segunda Guerra Mundial supuso un giro radical en los intereses de la sociedad norteamericana. El público lector de comics ya no era el mismo y eso repercutió enormemente en las ventas. Los endebles guiones de corte patriotero y la presencia de personajes estereotipados los transformó en productos anacrónicos de una época que ya había dejado de existir.
De la noche a la mañana muchísimas editoriales, que durante 5 años se habían hecho millonarias, debieron cerrar sus puertas o vender los derechos sobre sus creaciones a otros editores que se habían administrado mejor. Entre estas últimas estaría DC que, a pesar de la debacle, logró sobrevivir al nuevo giro de la situación y a la hecatombe que trajo consigo.
Ello se debió a la oportuna llegada de Mort Weisinger, el cual desempeñaría una excelente función editorial y daría nuevos bríos a los personajes de la casa. Para lograrlo trajo un staff de guionista de la talla de Otto Binder y Edmond Hamilton, un famoso escritor de novelas de ciencia ficción, y una nueva caterva de dibujantes (Al Plastino, Dick Sprang, Win Mortimer, Jack Burnley y Curt Swan) que se encargaron de plasmar una visión más moderna de este superhéroe.
Esa sangre fresca trajo consigo grandes cambios para el Superman de la postguerra, con historias de corte humorístico o emparentadas con la ciencia ficción, permitiéndole sobrevivir esos tiempos tan adversos.
Pero el mundo seguía cambiando y no para bien. El miedo a la expansión comunista, la guerra de Corea (iniciada al poco de haber culminado el gran conflicto mundial) y la creciente carrera armamentista entre Rusia y EEUU llenaron de fatalidad los corazones de los jóvenes. El Rock & Roll comenzaba a hacer de las suyas y, por ende, los superhéroes vestidos con calzones y capas se volvieron tontos y unidimensionales siendo únicamente aceptados por los niños muy pequeños. A todo esto se sumó la presencia de unos preocupados padres que observaban con temor al nuevo tipo de revistas que por esos tiempos eran publicadas, llenas de crímenes, monstruos, sangre y tripas. Víctimas de su propio conservadurismo, sintieron que debían que hacer algo al respecto.
La década del 50 se caracterizó por un ataque sistemático, por parte de diversas organizaciones cristianas, educadores, psicólogos y gran parte de la prensa, hacia todo lo que disfrutaban los niños y adolescentes. El gran protagonista de todo esto sería un psiquiatra alemán llamado Fredric Wertham que, en una serie de conferencias, llegó a afirmar que los comics se encargaban de glorificar la violencia y la agresividad sexual de los jóvenes, los cuales llegaban incluso a perder contacto con la realidad.
Esta dura campaña alcanzó su clímax cuando este estudioso escribió en 1954 "La seducción del inocente", un sesudo libro en donde analizaba las escenas de homosexualismo, torturas y muerte que supuestamente estaban presentes en las páginas de las historietas. La presión ejercida por la opinión pública hizo que el senado pusiera sus ojos sobre el tema. De inmediato se formó un subcomité, presidido por Robert Hendrickson y Estes Kefauver, cuyo fin fue investigar a la industria comiquera. Si bien se dejó en claro que no había culpas, se recomendó que hubiera una especie de control por parte de las mismas editoriales.
La acorralada industria finalmente cedió y creó la Comics Magazines Association of America, la cual formuló una serie de normas de autocensura conocido como Comic Code. Esto ocasionó un duro revez a la industria comiquera, redundando en un verdadero retroceso creativo que duraría varios años.Pero, por suerte, estaban arribando los gloriosos años 60 y las cosas volverían a cambiar para el hijo de Krypton. La Edad de Plata de los comics estaba comenzando.
Pero eso es otra historieta que algún otro día les voy a contar.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista “FLORESTA Y SU MUNDO”
Eternos agradecimientos a Jorge, el editor de la misma, que fue el que me empujó a dar a conocer mis escritos.
Material consultado:
-Superman Superstar- Dardo Gómez
-The Complete History of Superman- Les Daniels
-Las mejores historias de Superman jamás contadas
-Revista La Cosa
-Revista Comiqueando
-The Spanich Superman Home
-Superman la Web Definitiva
-Diccionario de Superheroes –Editorial Salvat
-Revista Alter Ego
-El Gran libro del Siglo Clarin
-El Ocaso del Comic de héroe
-The Comic Book –Paul Sassiene
-Historia de los Comics- Varios autores
-El Cine: Enciclopedia Salvat del 7ª Arte
-Guía Básica del Comic- Eric Frattini y Oscar Palmer
Fuentes:
http://www.fortalezadelasoledad.com/index.php?option=com_blog&view=comments&pid=125&Itemid=0